El diseño instruccional, el elemento clave en la eficiencia de las acciones formativas, es la metodología que rige en el Campus Kalispera.
Lo que no se comunica no existe. Pero un buen mensaje que no se comunique eficientemente, sin adaptarse al público al que va destinado y a través de canales inadecuados, tampoco consigue el efecto deseado. Esta máxima es válida para los procesos de enseñanza – aprendizaje: éstos serán tanto más eficientes cuanto mayor sea la calidad de los materiales que se generen y cuanto mejor diseñadas, desde el punto de vista de instrucciones didácticas, lo estén las acciones formativas.
Un buen mensaje que no se comunique eficientemente, sin adaptarse al público al que va destinado y a través de canales inadecuados, no consigue el efecto deseado.
La formación continuada de los profesionales en activo es una necesidad indiscutible, particularmente en el gremio sanitario. Según el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, la formación continuada de los profesionales sanitarios es un proceso de enseñanza-aprendizaje activo y permanente al que tienen derecho y obligación los profesionales sanitarios. Tiene por objetivo actualizar y mejorar las competencias profesionales para asegurar la calidad profesional ante los retos que exige un sistema sanitario en continua evolución.
Las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación (TIC) han propiciado la eclosión de modelos de educación en línea o e-learning, fundamentados en principios pedagógicos de interacción y participación. Así pues, en este contexto tecnológico, ¿qué entendemos por ‘el mejor diseño posible’ de una acción formativa?
La disciplina del diseño instruccional o instructivo nace para dar respuesta a esta cuestión. Definida como una variante de tecnología educativa específicamente pensada para el desarrollo de experiencias y entornos de aprendizaje que proporciona a las personas en formación la adquisición de competencias, el diseño instruccional pretende que estas experiencias de aprendizaje sean lo más efectivas (que produzcan el efecto esperado; es decir, que se aprenda), eficientes (que se consiga el efecto esperado con el consumo óptimo de recursos; es decir, que las instrucciones didácticas sean las justas y necesarias para que el modelo funcione a la perfección) y atractivas posibles.
El objetivo del diseño instruccional es que el aprendizaje sea efectivo (es decir, que se aprenda), eficiente (consumo óptimo de recursos para que el modelo funcione) y atractivo.
Por tanto, el ‘mejor diseño posible’ de una acción formativa en modelos de enseñanza-aprendizaje virtuales es el que se consigue a través de instrucciones didácticas precisas. Estas instrucciones logran que la experiencia de aprendizaje sea efectiva, eficiente y atractiva.
Para ello, se requiere que:
- la planificación del aprendizaje responda a unos objetivos bien definidos,
- los objetivos de aprendizaje, a su vez, respondan a verdaderas necesidades o lagunas de formación detectadas por los profesionales a los que se dirige la formación,
- la elaboración de materiales, los formatos en los que éstos se diseñan y el método en que se presentan sean los más adecuados para cumplir con los objetivos de la formación.
Igualmente, la evaluación debe ser pertinente (que exprese lo que se desea evaluar de manera clara y precisa), confiable (que el método de evaluación sea consistente con el resultado evaluado) y útil (que sea relevante y permita discriminar entre niveles de aprendizaje).
Así pues, cualquier proyecto de formación continuada que se precie por su calidad y utilice las nuevas tecnologías debería ser fruto de un proceso de diseño instruccional que asegure la planificación, la preparación y el desarrollo de los recursos para que se lleve a cabo el aprendizaje.